viernes, 19 de febrero de 2016

Artículo nº 2


¿Hemos parado ya de evolucionar?


En el libro "El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida", de Charles Darwin, explica el mecanismo de funcionamiento de la selección natural.

                          

La selección natural se parece a actividades cotidianas, por ejemplo a la producción de leche, primero se eligen a las vacas que más leche producen y sus terneros tendrán esta misma cualidad, dado que este carácter es heredable. Al entender este ejemplo se puede ver que la selección natural sigue tres principios, el carácter sobre el que se actúa debe ser variable, heredable y ventajoso.



Nosotros somos la composición de todas las mejoras que han ido sufriendo nuestros antepasados. Hace 1200 años empezamos a cultivar y a domesticar animales, eso hizo cambiar nuestra dieta incluyendo carbohidratos, este compuesto se degrada gracias a la encima amilasa salival, esta encima va ligada al número de copias de un gen que es beneficioso al seguir esta dieta. También hay que tener en cuenta el entorno ene el que nos encontraremos, influenciado por las mejoras snitarias y tecnológicas.




En definitiva, claro que seguiremos evolucionando, pero a una velocidad distinta. Una tesis que aprueba esto es la que asocia algunas variantes del gen de la diabetes II con las hormonas del apetito, haciendo de esto una desventaja. Al contrario que el cambio de peso, presión sanguínea y estatura en las mujeres del futuro, ya que está demostrado que se obtendrá una mejor reproducción.

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