Comparación entre la pelvis de Lucy (izquierda) con la
encontrada en Gona (centro) y la de un
Humano moderno (derecha).
La pelvis
que cambia la historia humana:
-Investigadores de
EE.UU. revelan que el Homo erectus era corpulento y de baja estatura.
-Las hembras daban a
luz a crías con un cerebro grande pero sin un desarrollo completo.
Una pelvis de mujer puede cambiar lo que se sabía de
nuestros antepasados. El fósil fue hallado en el año 2000 en la región de Gona,
Etiopía. Perteneció a una hembra de 'Homo erectus' que vivió entre 1,8 millones
y 160.000 años.
Los investigadores han revelado que el tamaño del cerebro del
feto era más grande que el de los homínidos anteriores, como el 'H. habilis', y
que los 'H. erectus' no fueron tan esbeltos como se les imaginaba.
Es decir que eran rechonchos, anchos y bajos, muy parecidos
a los 'H. heildebergensis'.
Han pasado varios años para que finalmente se diera a
conocer el análisis de la pelvis y una vértebra lumbar encontrada en Gona.
El cerebro del 'Homo erectus' se desarrollaba más lento que
el de otros primates pero nacían más espabilados que los niños actuales
Los paleontólogos norteamericanos han reconstruido las
partes que faltaban en la pelvis para demostrar que su canal para el parto era
más grande de lo que se pensaba hasta ahora.
El investigador español Manuel Domínguez-Rodrigo que participo
con el equipo que encontró la pelvis en Etiopía, afirma que este fósil
«demuestra que las hembras de esta especie no podían albergar fetos de un 40% o
un 50% del tamaño de los cerebros adultos, por lo que el proceso fue lento y prolongado.
Este proceso se dio hace 1,5 millones de años.
Otro rasgo importante de la pelvis es su acetábulo (el hueco
en la pelvis en el que se coloca la cabeza del fémur). El fósil indica que era
más pequeño que lo que se creía y eso quiere decir que la hembra media entre
1,2 y 1,46 metros, muy lejos del 1,8 que median los machos.
Las medidas anteriores se basan principalmente en los
fósiles del famoso Niño de Turkana, unos restos de un varón de unos 11 años
encontrados en Kenia en 1985. Fue el estudio de esos huesos lo que determinó el
aspecto de la especie. Todas las teorías se construyeron sobre la apariencia de
ese cuerpo.
La tesis de Atapuerca
Algunas investigadores discreparon de esa interpretación,
entre ellos los del equipo de Atapuerca, que encontraron en 1994 una pelvis de
'H.heilderbergensis', llamada 'Elvis', que no cuadraba con la reconstrucción
del Niño de Turkana porque era más ancha.
Juan Luis Arsuaga, codirector del proyecto Atapuerca, dijo
en su tesis que "Desde hace 14 años ya venimos defendiendo en todos los
foros internacionales que todo el modelo de evolución humana estaba mal hecho,
que la anchura del cuerpo no varió hasta la aparición del 'Homo sapiens' y que
la reconstrucción del ‘Niño de Turkana' estaba equivocada y la estrechez de su
pelvis no era tal porque no era una adaptación al clima. Por ello los
neandertales también eran corpulentos”.
José María Bermúdez de Castro (otro codirector del proyecto)
dijo: "Con el Niño de Turkana se equivocaron los cálculos, se pensó su
desarrollo como si éste fuera un humano moderno que sigue creciendo, y
bastante, hasta los 18 años, pero el 'erectus' a los 12 años ya casi había
cesado su desarrollo y nunca llegaría a medir 1,8 metros".
Bermúdez de Castro también cree que estos antepasados
humanos nacían "más espabilados" que los bebés de hoy".
El paleontólogo considera que, si realmente el Niño de
Turkana llegó a ser alto, ello significaría que habría habido dos tipos de hembras.
Unas habrían sido esbeltas y adaptadas a medios tropicales y otras de estatura
más baja y más adaptadas a climas templados o fríos.
"Una segunda opción es que lo que ahora llamamos 'Homo
erectus' realmente sean dos especies diferentes. La anatomía del Niño de
Turkana muestra una adaptación tropical que no se documenta en la hembra de la
nueva pelvis", afirma este experto.
Es decir, en su opinión, el nuevo estudio no rebate la idea
de que el 'erectus' no fuera alto y ágil para correr, sino que es otra especie
aún por determinar.
Desde su punto de vista, ningún paleontólogo puede negar que
el 'Homo erectus ‘fuera un homínido adaptado al medio tropical y con dimorfismo
sexual reducido.